Apo 6:16  y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;

Apo 6:17  porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

 

Cuando analizamos algunos aspectos del comportamiento del ser humano nos damos cuenta que está condicionado por el miedo.

Miedo a la oscuridad, a los relámpagos, a los truenos, etc., durante la infancia.

Los adultos, tenemos otras clases de temores. Temor a la enfermedad, a perder la familia, a la guerra, por ejemplo, que EE.UU e Irán puedan entrar en una guerra nuclear. Mucha gente se ha manifestado y se  ha movilizado para protestar, está bien y es lógico que lo haga.

Sin embargo, ¿Se ha dado cuenta, la indiferencia total del ser humano, ante peligros más grandes y graves?

¿Acaso Ud. se ha enterado o ha escuchado hablar de actos o manifestaciones en contra de la perversión moral o  el consumismo?

Hay una gran sensibilidad ante los avatares de la vida, como ser la contaminación ambiental, la seguridad ciudadana, etc. Es lógico que  el hombre, lo haga. Pero es totalmente indiferente, el ser humano, ante aquellas cosas que ponen en peligro la suerte de su alma (Lucas 12:5). Porque cuando pasemos el umbral de la vida, nuestra condición eterna, quedará determinada por las decisiones que hayamos  tomado aquí en la tierra (Deuteronomio 30:15-19).

 

¿Quién nos podrá librar de la ira venidera?

 

Jesús, es la respuesta correcta (Juan 10:7-9). Dios no solo nos advierte (Mt. 7:13-14) sino que también nos urge a aceptar ese medio que nos ofrece para escapar de su ira (Juan 3:36).

Con Jesús tenemos refugio (Romanos 5:9) y  mientras estemos en esta tierra, para enfrentar  los desafíos y problemas, podemos dirigirnos a Dios, mediante la oración (Mateo 21:22),  y  Él nos responderá de acuerdo a su divina voluntad.

 

  A.S.